Por Yasmine Darwish / GICJ

Traducido por Lian Martínez / GICJ

La amplia política de represión de Israel y la violación del derecho a la vida volvieron a golpear el 11 de abril con los disparos y asesinatos ilegales de palestinos por parte de las Fuerzas de Ocupación Israelíes (FOI). Mohammad Zakarneh, de 17 años, sucumbió a sus heridas tras recibir disparos de unidades de las fuerzas especiales israelíes durante los enfrentamientos en la ciudad ocupada de Cisjordania de Jenin. Como en muchos otros casos, los soldados no fueron acusados ni procesados por su uso excesivo de la fuerza y las graves violaciones de derechos humanos. La legislación y los reglamentos de Israel perpetúan la cultura de la impunidad al proporcionar salvaguardias contra el procesamiento de sus soldados por sus ejecuciones extrajudiciales y sumarias, las cuales constituyen graves violaciones del derecho a la vida, protegido en los principales instrumentos universales de derechos humanos.

Muchas de estas muertes ilegítimas implican el uso de munición real y de fuerza excesiva por parte de las FOI, a pesar de que la víctima no representase una amenaza inminente, como en el caso de Ghadeer Sabatin, viuda palestina desarmada y madre de seis hijos que fue asesinada a tiros el 10 de abril. Al parecer, Sabatin cruzó la calle después de que uno de los soldados le pidiera que se detuviera. Aunque no suponía ningún peligro para ellos, le dispararon dos veces. El ejército israelí dijo que Sabatin se acercó a los soldados de forma “sospechosa”. Aunque las fuerzas de ocupación la abatieron a sangre fría, posteriormente se confirmó que estaba desarmada. A los palestinos no se les permitió llevarla al hospital, ya que los soldados les prohibieron acercarse a su cuerpo. Finalmente, murió desangrada.

El número de palestinos muertos por las fuerzas de seguridad israelíes en los denominados “incidentes en la aplicación de la ley” se ha triplicado con creces con respecto a 2020. Las fuerzas de seguridad israelíes mataron a 74 palestinos, entre ellos 17 niños y cinco mujeres, frente a los 23 del último periodo documentado. Las ONGs denunciaron un elevado número de víctimas civiles, grandes daños a mobiliario e infraestructuras civiles, armas explosivas con efectos a gran escala en zonas densamente pobladas y la aparente falta de objetivos militares específicos. La Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos también ha documentado varios casos en los que las fuerzas de seguridad israelíes utilizaron la fuerza letal cuando hubieran bastado medios menos letales o cuando un atacante ya no suponía una amenaza.

Geneva International Centre for Justice (GICJ) condena el uso excesivo de la fuerza por parte de Israel, una estrategia diseñada para silenciar, castigar y debilitar al pueblo palestino que se resiste a la opresión perpetrada contra él y a su régimen colonial de apartheid. Instamos a la comunidad internacional a que ponga en marcha investigaciones efectivas e independientes sobre todos los incidentes en los que parece haberse utilizado una fuerza innecesaria o excesiva y a que se lleve ante la justicia a los presuntos responsables. De lo contrario, únicamente se perpetuarán años de impunidad.


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