Declaración del GICJ sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados

18 de mayo de 2021

 

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GICJ hace un llamamiento a la comunidad internacional para tomar medidas inmediatas contra el escalonamiento de las hostilidades en el Medio Oriente. A pesar de las numerosas resoluciones de la ONU, Israel continúa violando el derecho internacional de los derechos humanos, el derecho internacional humanitario y el derecho penal internacional, masacrando a la población civil en Gaza y en los demás territorios palestinos ocupados.

Sobre los puntos de conflicto que se han venido exacerbando durante años, varios incidentes relacionados en Jerusalén Oriental se intensificaron y se militarizaron. El principal suceso tuvo lugar en la entrada de la Ciudad Vieja de Jerusalén en la Puerta de Damasco el 13 de abril en donde las autoridades israelíes bloquearon el área y prohibieron a los residentes de la Jerusalén Oriental reunirse en la puerta. Los jóvenes palestinos fueron provocados por la colocación de barreras metálicas y comenzaron a protestar sin estar vinculados a ninguna agenda política o partida. Como respuesta, el 19 de abril, decenas de jóvenes judíos israelíes acecharon las calles de Jerusalén cantando “Muerte a los árabes” y agrediendo físicamente a los palestinos en la ciudad.

El último viernes de Ramadán, el 7 de mayo, durante la época más sagrada del año para los musulmanes, las fuerzas israelíes dispararon balas de goma y granadas de aturdimiento dentro de la mezquita de Al Aqsa en la Jerusalén ocupada, atrapando a las víctimas dentro. Más de 200 palestinos resultaron heridos, incluidos 88 que fueron hospitalizados. Incluso uno de ellos perdió un ojo y no se permitió el paso médico para que fuese tratado ni a él, ni a los demás heridos.

Desde el comienzo de esta secuencia de violaciones, muchos palestinos se han enfrentado al peligro y a la muerte. El 9 de mayo, Miriam Alafifi, una mujer palestina, fue arrastrada brutalmente por su hiyab, fue golpeada y arrestada por las fuerzas israelíes mientras defendía a otras familias palestinas en el barrio Sheikh Jarrah de Jerusalén, después de que los tribunales israelíes dictaminaran que los palestinos podrían ser desalojados de sus hogares para que los colonos israelíes pudiesen llevárselos. Una vez más, el 10 de mayo, las fuerzas israelíes invadieron la mezquita de Al-Aqsa disparando balas con punta de esponja, gases lacrimógenos y granadas paralizantes. Ese día, 300 palestinos resultaron heridos y otros 228 fueron trasladados al hospital. La invasión de la mezquita y la violencia llevada a cabo contra los palestinos fue un recordatorio brutal de cómo funciona el apartheid israelí en Jerusalén. Ese mismo día, Israel disparó misiles contra Gaza, matando a 20 personas, incluidos 9 niños y 65 heridos.

Durante los últimos días, Israel ha intensificado su asalto en Gaza con ataques aéreos, proyectiles de artillería y misiles desde el mar, así como ha venido intensificando el despliegue de tropas y tanques cerca del enclave sitiado. Del tiempo transcurrido hasta el 18 de mayo del 2021, las víctimas en Gaza han sido 212 personas muertas, incluidos 61 niños, y 1.500 heridos. Estas cifras son una prueba más de que los ataques están principalmente dirigidos contra civiles inocentes. Miles de palestinos comenzaron a huir a la frontera con Israel mientras los proyectiles destruían indiscriminadamente casas y edificios civiles. Aunque muchos civiles en Gaza intentaron defenderse, las fuerzas policiales israelíes dispararon balas de goma y granadas paralizantes para destruir sus hogares, matándolos y separándolos de sus familias. Además, las fuerzas israelíes también han cometido otros ataques como el reciente atentado de bomba contra una asociación internacional de medios de comunicación en el cual primer ministro Netanyahu declaró éste como un "objetivo legítimo".

La situación humanitaria en Gaza y otros territorios ocupados se ha deteriorado gravemente. La economía en la Franja de Gaza se ha hundido cada vez más, situación que ha provocado escasez de agua, electricidad y medicamentos para las víctimas del conflicto. Los palestinos se enfrentan a graves violaciones de derechos humanos, incluidas violaciones de los derechos a la vida, la integridad física, discriminación, violencia de género contra mujeres y niñas, libertad de movimiento, detenciones arbitrarias, tortura y maltratos.

Cada minuto, diferentes tipos de objetivos como escuelas, empresas, fábricas, automóviles y hogares, están bajo amenaza de huelga. Desafortunadamente, las noticias locales no están lo suficientemente difundidas como para llegar al exterior. Nuestras víctimas tienen nombres, rostros y sueños que están siendo masacrados por la guerra y las armas. De los que tienen 50 años, como Ayman Abu Elouf, Hazem Alqamie y Fawwaz Alkolak; hasta aquellos que aún no han cumplido los 10 años, como Adam Alkolak, Dana Ishkontana y Zeid Alkolak. La escala de terror, muerte y destrucción ocasionada por uno de los ejércitos más fuertes del mundo contra la población de refugiados que ha controlado durante años, debe ser de los eventos más aterradores que se podrían presenciar hoy por hoy.

GICJ se mantiene al tanto de la situación actual y está consternada por estas horribles acciones que desafían a los diferentes tribunales internacionales como la Corte Internacional de Justicia, la Corte Penal internacional y tratados de suma importancia como lo son las Convenciones de Ginebra (1949). Bajo esas premisas, el Cuarto Convenio de Ginebra debe aplicarse en todos los asuntos durante el conflicto internacional en cuestión. Dado que esta convención protege a los civiles, incluidos los que se encuentran en los territorios ocupados, la comunidad internacional debe comprender las graves infracciones humanitarias que están ocurriendo en los Territorios Palestinos Ocupados y tomar en consideración los protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra, especialmente el Protocolo I, relativo a la protección de las víctimas de conflictos armados internacionales. Además, el derecho internacional humanitario basado en principios hoy es cuestionado por las autoridades israelíes. Dichos principios incluyen: la distinción entre civiles y combatientes, la prohibición de ataques contra los que están fuera de combate, distinciones que Israel no ha tenido en cuenta, teniendo en consideración el gran número de niños que han sido brutalmente asesinados junto a sus familias, especialmente en el entorno de un lugar sagrado y protegido, como lo es una mezquita.

El GICJ se encuentra alarmado por la inacción del Consejo de Seguridad con respecto a la situación en los Territorios Palestinos Ocupados y las violaciones de derechos humanos cometidas contra civiles palestinos y lamenta la ineficacia de sus tres reuniones que no lograron hacer una declaración justa al servicio de la seguridad y la paz. Por lo tanto, GICJ lamenta la ausencia de responsabilidad por todas las violaciones en los Territorios Palestinos Ocupados e insta al Consejo de Derechos Humanos a hacer todo lo posible dentro de su mandato para detener estas violaciones y convocar a una sesión especial para discutir la situación y proteger los derechos humanos del pueblo palestino.

GICJ condena cualquier abuso policial contra manifestantes palestinos y enfatiza la importancia del derecho a la libertad de reunión. No obstante, los ataques aéreos israelíes continúan destruyendo familias y niños. Siendo así, los ataques israelíes en los Territorios Palestinos Ocupados equivalen a crímenes de guerra, lo que implica la responsabilidad penal individual de los implicados. Esperamos con interés la investigación de la Corte Penal Internacional y llamamos a la Fiscalía de la CPI para que comience a actuar con respecto a los crímenes más graves que contempla el Estatuto de Roma: (I) El Genocidio, (II) Los Crímenes de lesa humanidad, (III) Los Crímenes de guerra, y (IV) El Crimen de agresión. Instamos a la comunidad internacional a buscar justicia y rendición de cuentas por los ataques contra los derechos del pueblo palestino. El castigo colectivo es la clara intención de los brutales ataques israelíes contra el pueblo. En relación con esto, el derecho penal internacional ha reconocido dos crímenes de lesa humanidad por situaciones de discriminación y represión sistemáticas: el apartheid y la persecución. El artículo 7 del Estatuto de Roma define los crímenes de lesa humanidad y, más específicamente, el apartheid como "actos inhumanos ... cometidos en el contexto de un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemática por un grupo racial sobre cualquier otro grupo o grupos raciales y cometidos con la intención de mantener ese régimen”. Como el Estado de Palestina es parte del Estatuto de Roma y la Convención del Apartheid, la CPI dictaminó que tenía jurisdicción sobre los crímenes cometidos en los Territorios Palestinos Ocupados. Geneva International Centre for Justice GICJ) exhorta a la Oficina del Fiscal de la CPI a mejorar sus investigaciones formales sobre la situación en Palestina y buscar la responsabilidad por los crímenes que se están cometiendo.

 

Este castigo colectivo debe terminar AHORA.

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