Escrito por Payton Focht / GICJ

Traducido por Natalia Venegas / GICJ

La escasez de agua en Irak sigue empeorando, provocando desplazamientos masivos y conflictos por los recursos básicos. La principal causa de la escasez se atribuye a la reducción de las entradas de agua de los países vecinos. Los efectos del cambio climático también desempeñan un papel importante en la escasez de agua debido a la disminución de las precipitaciones y a la salinización del suelo y del agua. En virtud de los principios del derecho internacional, especialmente el principio del uso equitativo de los cursos de agua, los Estados están obligados a considerar el impacto de sus acciones sobre otros Estados en lo que respecta a su utilización del recurso hídrico. Además, de compartir equitativamente el recurso con otros países ribereños, teniendo en cuenta el tamaño de la población y la disponibilidad de otros recursos. Los principios también exigen que cada Estado que mantenga una participación en un recurso proporcione información a los demás Estados que lo comparten sobre el estado del curso de agua y el uso que tienen previsto hacer de él. Los Estados también están obligados, al utilizar un curso de agua internacional en sus territorios, a tomar todas las medidas apropiadas para evitar que se cause un daño significativo a otros Estados del curso de agua y a compensar a los Estados que comparten el recurso por cualquier daño causado.

En la actualidad, el flujo de agua de Turquía hacia Irak se ha reducido considerablemente en los últimos años, debido a la construcción de presas para el uso de la energía hidroeléctrica, además de que Irán ha cortado el flujo de agua de algunos afluentes del río Tigris. A lo largo de los años, Irán ha intentado cambiar el curso de muchos de los ríos vitales que desembocan en Irak, incluido el río Sirwan, que Irán ha intentado secar en múltiples ocasiones. El régimen iraní también ha cambiado el curso de los ríos por las zonas fronterizas de Diyala y Khanaqin de Irak para que fluyan hacia Irán. Irán también es responsable de la sequía de cinco ríos iraquíes, el Kanjan Jam, el Kalal Badra, el Jankilat, el Karkh y el Khobin, que ahora están completamente secos. La reducción de las entradas de agua por parte de los países vecinos es una violación directa del derecho internacional. En este orden de ideas, las medidas adoptadas por los Estados están afectando aún más a los medios de subsistencia del pueblo iraquí y poniendo en peligro el sector agrícola de Iraq. El gobierno de Irak no ha tomado medidas sustanciales ante la escasez de agua, a pesar de que el Centro Nacional para la Gestión de los Recursos Hídricos reveló en octubre de 2021 que se había elaborado un plan para hacer frente a la crisis del agua en vista de la próxima estación seca. Con el empeoramiento de las perspectivas del cambio climático, los problemas de escasez de agua en Irak son cada vez más graves y se necesita una intervención urgente.

Geneva International Centre for Justice (GICJ) insta al gobierno iraquí a que desarrolle un plan integral para hacer frente a la escasez de agua en Irak. Es imperativo que Irak presione a otros Estados ribereños para salvaguardar el futuro del pueblo iraquí y garantizar que los iraquíes no se conviertan en víctimas de los usos agresivos de Turquía e Irán respecto de los recursos hídricos compartidos.

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