Por Lola Stirling / GICJ
Traducido por Natalia Venegas
Introducción
El 27 de enero se celebra el día anual de conmemoración en el cual se honra y recuerda a los seis millones de víctimas judías del Holocausto, así como a los millones de personas que fueron víctimas del régimen nazi.
Este día fue escogido de manera simbólica por la Asamblea General de Naciones Unidas y el aniversario de liberación del campo de concentración Auschwitz-Birkenau, el cual continúa siendo un símbolo inquietante de las atrocidades cometidas por el régimen nazi. A pesar de las atrocidades cometidas en el pasado, estamos viendo un preocupante aumento del antisemitismo y otras formas de intolerancia. Por lo que, nunca ha sido más importante recordar nuestra responsabilidad colectiva de proteger el legado de la memoria del Holocausto y reflexionar sobre las lecciones que pueda enseñarnos. El Holocausto fue producto de intolerancia y apatía, y a pesar de que se acabo hace 70 años, aún somos testigos de genocidios en el presente. Debemos comprometernos en luchar contra esto en el día de memoria del Holocausto.
Contexto
El Holocausto fue la matanza sistemática y deliberada del pueblo judío perpetrada por el régimen nazi, en la cual se calcula que se perdieron 6 millones de vidas judías. El Holocausto exterminó a dos tercios de la población judía en Europa, además de perseguir otros grupos sociales como los Rom, miembros de la comunidad LGTBIQ+, las personas en condición de discapacidad física y mental, la oposición política, la población negra, la etnia polaca, los eslavos, los soviéticos y los prisioneros de guerra. Las masacres que el partido Nazi llevo a cabo fueron intencionales, organizadas y eficientes. Con el objetivo de eliminar a los “indeseables” y limpiar la población.
Enseñanzas del Holocausto
Una acumulación de acontecimientos que empezaron como fanatismo, se escalaron a actos de violencia selectiva "Kristallnacht" o La “Noche de los Cristales Rotos”, evolucionando en actos de brutalidad incomprensible. Durante los siglos anteriores al Holocausto, el antisemitismo estaba de manera extendida en gran parte de Europa y en el resto del mundo, lo cual dio lugar a una legislación discriminatoria, segregación y violencia. Con base en esto, el partido nazi atrapó y manipuló un odio hacia el judaísmo cuyas raíces se hunden en la historia del viejo continente. El Holocausto nos sirve como doloroso recordatorio de la importancia de arrancar la intolerancia desde la raíz y demuestra las consecuencias de permitir que el odio y los prejuicios se encarnen.
Los acontecimientos del Holocausto no sólo golpearon a Alemania, sino que afectaron en gran medida al resto de Europa. En este orden de ideas, el Holocausto fue posible gracias a una amplia red de gobiernos, colaboradores y espectadores. Puede que estos colaboradores no hayan matado directamente, pero, son responsables de permitir el crecimiento del alcance del Holocausto. Desde el funcionamiento de los trenes y ferrocarriles que transportaban prisioneros de los campos de concentración, hasta la confiscación de las propiedades de los judíos. Los eventos ocurridos en el Holocausto ponen de presente los peligros de la apatía ante la injusticia. Aunque el partido nazi utilizó la propaganda para demonizar a los judíos y fomentar la intolerancia entre los ciudadanos. Fueron miles de personas, las cuales colaboraron con el régimen nazi y otros decidieron dar la espalda ante los crímenes que presenciaron, no porque les lavaran el cerebro, sino por apoyo, antisemitismo y miedo. Con esto dicho, el Holocausto no hubiese sido posible sin los millones de individuos que ayudaron al régimen nazi y aquellos que decidieron no hacer nada ante el sufrimiento de millones de personas. Por esto, hay que prestar la atención debida a los facilitadores y no solo hablar de los responsables directos de estas atrocidades masivas, ya que tenemos el deber de aprender de las decisiones de los demás y de denunciar la intolerancia y la injusticia.
¿Nunca más?
El mundo ha condenado los acontecimientos del Holocausto y ha tomado medidas para reconciliar y aprender del pasado.
En 1948 se adoptó de manera unánime por la Asamblea General de las Naciones Unidas, El Convenio para la Prevención y la Sanción del Delito del Genocidio, el cual ha sido ratificado por 152 países. Esta convención codificó el Genocidio como un crimen sancionable por el derecho internacional y generó la obligación para las partes de prevenir y sancionar el delito de genocidio. Este tratado fue creado para garantizar que el genocidio nunca más fuera infligido a una población, sin embargo, hay genocidios ocurriendo actualmente. El odio, el fanatismo, la intolerancia y las divisiones étnicas y religiosas deben abordarse, por lo que pueden sentar las bases para que ocurran atrocidades.
Kimberly Prost, una Juez de la Corte Penal Internacional señaló:
"La lección dolorosamente clara fue que nunca lograremos prevenir el genocidio y otras atrocidades a menos que podamos abordar los problemas subyacentes, poner fin al ciclo de la violencia y sustituir la venganza por la justicia".
Las Naciones Unidas han continuado demostrando su compromiso para honrar al Holocausto y sus víctimas. Tanto así, que recientemente, la Asamblea General aprobó una resolución que condena la negación y la distorsión del Holocausto. La resolución afirma que este genocidio "será para siempre una advertencia para todos los pueblos sobre los peligros del odio, la intolerancia, el racismo y los prejuicios". Esta nueva resolución pretende combatir la creciente desinformación difundida en torno al Holocausto, instando a las empresas de redes sociales a comprometerse a tomar medidas para combatir el antisemitismo y la negación y distorsión del Holocausto. La resolución también pide a los Estados miembros que desarrollen programas para educar a las generaciones futuras. Estas medidas, si son aplicadas adecuadamente por las empresas de redes sociales y los Estados miembros, podrían ayudar a combatir el alarmante aumento de la desinformación y la negación del Holocausto que estamos presenciando actualmente.
A pesar de las medidas adoptadas por la ONU y el mundo desde entonces, el antisemitismo y otras formas de intolerancia siguen aumentando. La aparición de movimientos en la escena política que se benefician de estimular el odio y los foros incel han creado un caldo de cultivo para los extremistas políticos. Durante la toma del Capitolio el 6 de enero, ondearon banderas con esvásticas. El discurso del odio, tanto en línea como en el ámbito físico, está aumentando. La encuesta de la Agencia de Derechos Fundamentales destacó que el 89% de los encuestados consideraba que el antisemitismo había aumentado en su país.
La posición de GICJ
Geneva International Centre for Justice (GICJ) condena todos los actos de odio racial y religioso, así como el genocidio. GICJ hace un llamado a las personas para que reflexionen sobre los acontecimientos del Holocausto y trabajen juntos para poner fin a todo tipo de conflictos de forma pacífica. Las palabras no tienen sentido sin la acción, debemos actuar juntos para denunciar las injusticias que encontramos y no dejarnos manipular por el odio. GICJ hace además un llamado a los 45 Estados miembros de la ONU restantes para que ratifiquen la Convención sobre el Genocidio y pide que se adopte la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
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