Por: Amal Bushara/GICJ
Traducido por: Natalia Venegas Arango/GICJ
Aunque el Año Nuevo suele representar nuevos comienzos, este 1 de enero, los musulmanes de la India recordaron la persistente propaganda anti musulmana del país. Las mujeres musulmanas, muchas de las cuales son destacadas periodistas, activistas y actrices, se despertaron para encontrar sus fotografías en una aplicación llamada Bulli Bai, con el anuncio de que estaban “a la venta como criadas”.
El intento de degradar y sexualizar a las mujeres musulmanas políticamente activas o socialmente destacadas ha provocado una reacción fuerte por parte de las comunidades musulmanas del país. Tanto así, que después de llamados a la justicia y la investigación, se retiró la aplicación y se realizaron algunos arrestos. Sin embargo, no se trata de un incidente aislado, sino de uno de los muchos que sugieren que la nación está lidiando con un fuerte odio intercomunitario. De hecho, esta noticia llega justo después de una investigación policial sobre influyentes líderes religiosos hindúes que llaman a la violencia contra los musulmanes e incluso a la limpieza étnica.
Por lo anterior, las comunidades musulmanas en la India se han sentido amenazadas desque que el partido nacionalista hindú “Bharatiya Janata Party” (BJR) llego al poder en 2014. Aunque el año pasado fue marcado por actos de agresión más abiertos e inequívocos contra los musulmanes. Hoy, la extrema derecha nacionalista hindú, con la ayuda de la retorica discriminatoria del gobierno, se les ha hecho saber a los musulmanes que son otros y que, de muchas maneras, inferiores. Todos los aspectos de la vida de los musulmanes, incluyendo los rituales religiosos y los hábitos alimenticios, se han visto amenazados y se han considerado como una razón suficiente para ataques no provocados. Como resultado de esto, el 23 de septiembre en Mathura, dos hombres musulmanes fueron gravemente agredidos por el simple hecho de llevar carne de res.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), el organismo legal de derechos humanos de la India, los musulmanes son “el blanco de crímenes de odio de manera regular”. Además, la CNDH reporta que debido a la manera en la cual los musulmanes están siendo oprimidos, los índices sociales en las comunidades musulmanas, tales como la alfabetización, el empleo y las condiciones económicas han sufrido de manera severa.
Recientemente, en dos de sus discursos públicos, el primer ministro de la India Narendra Modi, estableció un paralelismo entre figuras musulmanas del pasado lejano de la India y el “terrorismo y el extremismo religioso” del presente, sugiriendo así, que los musulmanes en la India son de alguna manera responsables de los supuestos crímenes cometidos por sus lejanos “antepasados”, y como tales deben ser castigados. Por otra parte, el ministro principal de Uttar Pradesh y Yogi Aditryanath, miembro del partido gobernante, el BJP, declararon que las próximas elecciones a la asamblea del Estado son unas elecciones del 80 contra el 20 por ciento, sugiriendo de manera poco sutil que las elecciones son una batalla entre los hindúes, que constituyen el 80 porciento de la población y el 20 porciento de minoría musulmana.
Geneva International Centre for Justice (GICJ) condena fuertemente todos los actos de violencia contra las comunidades musulmanas en la India e insta a los líderes electos a denunciar todos los crímenes de odio inmediatamente. GICJ anima al gobierno de la India, como la institución democrática más grande del mundo, a promover los derechos humanos de igual manera para todos sus ciudadanos. GICJ hace un llamado a las autoridades a llevar ante la justicia a todos aquellos responsables de la violencia y el odio.
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