Informe, resumen y traducción por: Claudia González

 

Libia ha estado inmersa en violencia e inestabilidad desde la intervención de la OTAN en el país en 2011. Tras un intento fallido de transición democrática, la violencia se disparó en 2014 y Libia quedó dividida en dos gobiernos opuestos: el Gobierno de Acuerdo Nacional (por sus siglas en inglés GNA), que tiene su sede en Trípoli, está reconocido por la ONU y está encabezado por Serraj al-Fayez; y por otro lado la Cámara de Representantes, con sede en Tobruk y cuyo líder nombró al General Haftar como jefe del Ejército Nacional Libio (por sus siglas en inglés, LNA).

Tras años de conflicto y una nueva escalada de violencia en abril de 2019, la situación en Libia ha experimentado recientes acontecimientos importantes. El 23 de octubre de 2020, el Comité Militar Conjunto 5+5 (por sus siglas en inglés 5+5 JMC) firmó un acuerdo de alto al fuego permanente en Ginebra. Posteriormente, la Representante Especial interina para Libia, la Sra. Stephanie Williams, inició la primera ronda de negociaciones del llamado Foro de Diálogo Político Libio (por sus siglas en inglés (LPDF), donde los participantes acordaron celebrar elecciones nacionales en diciembre de 2021.

Las negociaciones en torno al conflicto de Libia se centran en tres vías. Una es la vía de la seguridad, que corresponde al trabajo del 5+5 JMC y se centra en la implementación del acuerdo de alto al fuego. La segunda es la vía política, que corresponde a la negociaciones del LPDF y está enfocada la celebración de la elecciones nacionales, y la tercera es la vía económica y financiera, que se centra en la implementación de reformas económicas en el país.

Las tres vías de negociación han experimentado recientemente avances significativos. A nivel político, el LPDF aprobó el 19 de enero de 2021 una propuesta para establecer un mecanismo de selección de una autoridad ejecutiva interina para dirigir el país de cara a las elecciones nacionales de 2021. Posteriormente, los miembros del foro llevaron a cabo un proceso de votación entre el 1 y el 5 de febrero para elegir a los miembros de dicha autoridad ejecutiva. La lista ganadora fue la formada por Mohammad Younes Menfi como Presidente del Consejo de Presidencia, Mossa al-Koni y Abdullah Hussein al-Lafi como miembros del Consejo y Abdul Hamid Mohammed Dbeibah como Primer Ministro. Todos ellos juraron su cargo el 15 de Marzo de 2021.

Por lo que respecta a la seguridad, a su vez, la Sra. Williams señaló en su última actualización oral ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que no se ha cumplido con la fecha límite establecida en el acuerdo de alto al fuego para la retirada de todos los combatientes extranjeros de Libia y expresó su preocupación por diversas actividades que “socavan el proceso 5+5”. Además de esto, el 5+5 JMC celebró recientemente una nueva ronda de negociaciones entre el 4 y el 7 de febrero, en la que los representantes hablaron sobre la apertura de la carretera litoral de Libia, que une estratégicamente el este y el oeste del país.

Finalmente, las negociaciones a nivel económico también han experimentado importantes avances, incluyendo la unificación del tipo de cambio en diciembre de 2020 y la aprobación de un presupuesto nacional de dos meses en febrero de 2021, cosa que permitirá a la autoridad ejecutiva interina diseñar y presentar su presupuesto nacional completo para 2021.

Derechos humanos y situación humanitaria en Libia

            Durante el conflicto en Libia, las fuerzas y grupos armados opuestos han perpetrado graves violaciones de derechos humanos y de derecho internacional. El período de violencia que se sucedió entre abril de 2019 y junio de 2020 resultó en la muerte de cientos de civiles y provocó el desplazamiento de miles de personas. A pesar de la interrupción de la violencia a mediados de 2020, los libios siguen enfrentándose a grandes desafíos, incluyendo las consecuencias del conflicto, el impacto de la crisis política y económica por las que está pasando el país y los efectos de la pandemia del Covid-19.

             Los migrantes y refugiados se enfrentan a graves violaciones de derechos humanos. Muchos han sido asesinados, heridos y encerrados en centros de detención, donde son victimas de violencia sexual, malos tratos, trabajo forzoso, hacinamiento y desnutrición severa. La situación de los migrantes que tratan de cruzar el Mar Mediterráneo es especialmente preocupante. Muchos de ellos son interceptados en el mar y devueltos a Libia, mientras que muchos otros mueren en su intento de alcanzar Europa. Solo en 2020, cientos de migrantes murieron frente a las costas libias y más de 11.000 fueron interceptados y devueltos al país, donde por lo general son detenidos arbitrariamente y encerrados en los centros de detención antes mencionados.

            Los libios también siguen enfrentándose a importantes desafíos derivados de los efectos del conflicto, incluyendo la presencia generalizada de artefactos explosivos, que constituyen un riesgo importante para la vida de muchos. Además, otras consecuencias del conflicto y de las violaciones de derechos humanos perpetradas en el país también se están sintiendo en ciudades como Tarhouna, donde se han descubierto numerosas fosas comunes.

            La libertad de expresión también ha sido restringida significativamente en el país. En agosto de 2020, grupos relacionados con el GNA utilizaron fuerza excesiva contra manifestantes que protestaban por las malas condiciones de vida, y en septiembre, manifestaciones en el este de Libia también fueron reprimidas con fuerza excesiva, dejando al menos un muerto y tres heridos. Otro caso notorio fue el de la abogada y activista Hanan Al-Barassi, que había sido crítica con la corrupción en el este de Libia, así como con el abuso de poder y las violaciones de derechos humanos. Al-Barassi fue asesinada en noviembre de 2020.

            Geneva International Centre for Justice valora positivamente los recientes avances en las negociaciones de Libia y considera que son motivo de optimismo para 2021. Sin embargo, nos mantenemos profundamente preocupados por la situación humanitaria y de derechos humanos en el país. Condenamos firmemente las continuas violaciones de derechos humanos en Libia y pedimos que se ponga fin a los abusos de forma inmediata. La justicia debe ocupar un lugar central en el proceso de transición de Libia hacia la paz, y la colaboración con la Corte Penal Internacional (CPI), así como con la Misión Independiente de Determinación de los Hechos en Libia que se estableció en 2020 para investigar las violaciones cometidas desde 2016 es clave para lograr una paz duradera en el país. Además, reiteramos nuestro llamamiento a la comunidad internacional para que cumpla con el embargo de armas impuesto a Libia desde 2011, ya que hacerlo es de vital importancia para garantizar el mantenimiento de la paz en el país.

 

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