Por Khoa Doan / GICJ

Traducido por Isabel García Aguilar / GICJ

Tras la pandemia de la COVID-19, las autoridades vietnamitas han tendido a endurecer el control sobre las comunidades religiosas, independientemente de la región, sea es montañosa o llana, si están registradas o no, o si son ortodoxas o tradicionales. En mayo de 2022, el tribunal de primera instancia (district People’s Court) del distrito de Ham Yen, en la provincia de Tuyen Quang, sentenció a 15 personas de etnia hmong seguidoras de Duong Van Minh con una pena de dos a cuatro años de cárcel. Hubo un conflicto con la policía porque el gobierno no devolvió el cuerpo de Duong Van Minh, fundador de dicho grupo y a quien respetaban profundamente. Los detenidos contaron al Departamento de Estado de Estados Unidos que la policía les había torturado sin piedad y les había obligado a renunciar a su religión. 

En julio de 2022, seis miembros del grupo étnico Tinh That Bong Lai fueron sentenciados a una pena de entre 3 y 5 años de prisión por abusar de las libertades democráticas con el objetivo de atentar contra los intereses del Estado, los derechos legítimos y los intereses de las organizaciones y los ciudadanos según el art. 331 de su Código Penal. Antes de que la justicia dictase sentencia, se afirmó falsamente que la policía y los medios de comunicación estatales habían actuado fuera de la ley de manera sistemática. 

Ese mismo mes, un bautista degar afirmó que unos oficiales del gobierno le habían amenazado con “encargarse de él y oprimirlo” si no fallecía. Sin embargo, mientras que haya un estado fuerte, no podrá hacerlo. La iglesia católica vietnamita afirmó que las autoridades ya no reconocen a los grupos religiosos como se hacía antes, y que cada vez es más difícil registrar las actividades de la región del Altiplano Central y de las provincias del norte. La sangha budista vietnamita lucha con el gobierno por un proyecto sobre la gestión del dinero donado a la religión. 

Actualmente, el Comité Gubernamental para Asuntos Religiosos está llevando a cabo el proceso de enmendar las normas sobre la implementación de la ley de libertad de creencias y de religión y está preparándose para emitir un decreto sobre sanciones administrativas sobre religión y libertad de culto, lo que restringirá aún más la libertad religiosa en Vietnam.

A principios de 2022, Vu Chien Thang, viceministro de interior y antiguo director del Comité Gubernamental para Asuntos Religiosos, publicó las directivas sobre la gestión de la religión. Hizo énfasis en “[…] la lucha contra las actividades que se aprovechan de la religión para causar problemas; para desestabilizar en el plano político, la seguridad y el orden; para entender si existe seguridad en temas religiosos, sobre todo, entre minorías étnicas; para luchar contra los grupos religiosos extremistas y contra los ciudadanos que se aprovechan de la libertad de religión para ir contra el Partido o el Estado […]”.

Seis meses después, Pham Thi Thanh Tra, ministro de interior, ordenó que todas las provincias y ciudades reforzasen la “gestión del Estado” en temas religiosos, entre los que se encuentran los recursos humanos. “Las autoridades deben planear de manera proactiva, seleccionar al personal de las organizaciones religiosas antes de cada congreso, prohibir que charlatanes extremistas tengan posiciones de liderazgo en la iglesia, criticar de manera resolutiva y manejar las violaciones”.

El 2 de diciembre de 2022, Antony J. Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, anunció que Vietnam formaba parte de su lista de vigilancia especial sobre libertad de culto. Los últimos informes del departamento de Estado de Estados Unidos y de la Comisión de los Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional subrayan que la tensión sobre la situación en lo que respecta a la libertad de culto en Vietnam está aumentando. El gobierno ha adoptado continuamente medidas violentas, se ha aprovechado de las provisiones de la ley de libertad de creencias y de religión de 2016 y ha acosado de diferentes formas para eliminar la libertad de culto.

Geneva International Centre for Justice (GICJ) expresa su preocupación sobre el aumento de las restricciones en lo que concierne a la libertad de culto en Vietnam. Durante años, la policía ha utilizado la violencia para eliminar la libertad de culto y ha encarcelado de manera arbitraria a seguidores de todas las religiones. Insta al gobierno de Vietnam a enmendar la ley de libertad de creencias y de religión para que se respete el derecho de cada ciudadano de manifestar sus creencias religiosas en la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.


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