Por Yasmine Titouni / GICJ

Traducido por Natalia Venegas /GICJ

Introducción

El Día de Nelson Mandela honra la lucha de toda una vida contra todas las formas de injusticia y aplaude la ilimitada devoción de Nelson Mandela por lograr la paz en el mundo. El 18 de julio nos brinda la oportunidad de conmemorar la admirable vida de Mandela y nos permite reflexionar sobre nuestras propias cruzadas diarias. En conmemoración de Nelson Mandela, Geneva International Centre for Justice (GICJ), junto con otras organizaciones y las Naciones Unidas, celebra cada año este Día como homenaje al gran hombre que dedicó 67 años de servicio a mejorar la humanidad. En memoria del compromiso de Nelson Mandela, con el logro de la paz y la libertad, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 18 de julio como "Día Internacional de Nelson Mandela" en noviembre de 2009. Cada año, la celebración de este día internacional arroja luz sobre la memoria de todos los hombres y mujeres excepcionales que encarnaron la máxima aspiración de los derechos humanos y contribuyeron a la abolición del apartheid. Por ello, este día pone de relieve la importancia vital de la solidaridad y la compasión humanas, valores a menudo defendidos y ejemplificados por Nelson Mandela. 

Antecedentes

Nelson Rolihlahla Mandela, a conocido como Madiba o Mandela, nació el 18 de julio de 1918 en Sudáfrica y murió el 5 de diciembre de 2013. Recordado y alabado como el primer presidente negro de Sudáfrica, su resistencia optimista, así como su impacto en la sociedad, comenzó a principios de la década de 1990. Mandela contribuyó en gran medida al fin del terrible sistema de segregación racial del apartheid en Sudáfrica y condujo a su país hacia el cambio social. Garantizó un traspaso de poder pacífico y allanó el camino hacia la consecución de la democracia [1].

En 1944, Mandela se unió al Congreso Nacional Africano (CNA) y rápidamente conquistó la admiración del grupo de liberación negra en formación para luego convertirse en el líder de su liga juvenil. Posteriormente, hizo malabarismos con otras responsabilidades de liderazgo en diversas instituciones, lo que le permitió revitalizar los movimientos contra el gobierno sudafricano con mayor eficacia y oponerse con más vigor a las políticas de apartheid establecidas por el Partido Nacional de Sudáfrica. Mandela se propuso abolir las leyes discriminatorias que fragmentaban a los sudafricanos y promover formas de movilización no violentas. Como se narra en el libro "The Struggle is my Life" (1978) y se transmite en el discurso "Prepared to Die", Mandela dedicó su vida a esta causa [2].  Desempeñó un papel decisivo en la instigación de campañas activistas, desafiando las leyes racistas de Sudáfrica. Sus contribuciones salieron del corazón, por lo que fueron vitales para la redacción de la Carta de la Libertad en 1955, que mostraba el deseo de una sociedad democrática en Sudáfrica, desprovista de segregación.

Los riesgos a los que le exponían sus ideales morales nunca le hicieron desistir de la lucha. Por ejemplo, en 1952 las autoridades restringieron su libertad de movilidad, su libertad de expresión y su participación en movimientos políticos. Durante las décadas de 1950 y 1960, Nelson Mandela se encontró a menudo bajo custodia policial. En total, Mandela cumplió 27 años de prisión repartidos entre diferentes centros de detención [3]. Sin embargo, en junio de 1964 fue condenado a cadena perpetua. El gobierno sudafricano le hizo periódicamente ofertas condicionales para liberarlo de su detención [4]. En 1976, accedieron a su liberación con la condición de que reconociera la autoridad suprema del Estado sudafricano y aceptara residir allí. Otras ofertas realizadas en los años siguientes le exigían que renunciara a cualquier uso de la violencia con fines sociopolíticos. En lugar de aceptar cualquier acuerdo que restringiera su derecho a hacer campaña por la libertad, Mandela se negó.

En 1990, el gobierno sudafricano le devolvió finalmente la libertad a Mandela, y pronto fue elegido vicepresidente líder del Congreso Nacional Africano. A pesar de su arresto, Mandela siguió ganando el apoyo de los locales y su estatura en la comunidad internacional continuó fortaleciéndose. A lo largo de su vida, nunca perdió de vista su moral y utilizó su liderazgo para impulsar reformas. En 1994, Mandela fue elegido y juró su cargo como primer Presidente negro de Sudáfrica por sufragio universal. Durante su mandato, creó la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que mejoró la escolarización, la vivienda y las condiciones de vida de los habitantes. La lucha de Mandela no se detuvo con la abolición del apartheid, su administración continuó investigando las violaciones de los derechos humanos llevadas a cabo bajo el régimen del apartheid y esperaba iniciar procesos de justicia reparadora [5].

Mientras las Naciones Unidas concluyen su 50º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos y el mundo está sumido en la incertidumbre tras el brote de Covid-19, la celebración de los valores de Mandela refuerza la esperanza en la humanidad. En palabras de Mandela, que siempre resuene que la paz debe ir siempre más allá de la ausencia de conflictos y que en realidad se trata mucho más de "la creación de un entorno en el que todos puedan florecer" [6], que, como formuló Naciones Unidas, independientemente de la apariencia física, la clase, la religión, el idioma, la etnia u otras prácticas y marcadores sociales y culturales utilizados para identificar las diferencias que nos separan. Las Naciones Unidas afirmaron que estos aspectos, de hecho, deberían verse como un enriquecimiento para la civilización humana en lugar de permitirles sembrar la discordia y la violencia [7].

Geneva International Centre for Justice (GICJ) honra el legado de Nelson Mandela y su compromiso con la consecución de la justicia y los derechos humanos. Tras su inspiradora contribución al desarrollo de las ideas socioeconómicas y políticas, la comunidad internacional debe seguir defendiendo los derechos fundamentales de todas las personas. La CIGJ reitera que los Estados deben reflexionar sobre las violaciones y los conflictos actuales, e impulsar resultados transformadores de paz y seguridad en los que se respeten debidamente los derechos humanos. La comunidad internacional debe reunirse con los organismos de la ONU, las instituciones de derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil para hacer frente al odio actual alimentado por los legados del colonialismo y la esclavitud.

Read in English

Nelson Mandela, Human Rights, Peace, South Africa, Justice, Human Rights, GICJ, Geneva4justice, Geneva International Centre For Justice


[1] https://www.ifes.org/news/mandelas-democracy-collective-triumph 

[2] https://omalley.nelsonmandela.org/omalley/index.php/site/q/03lv01538/04lv01600/05lv01630/06lv01631.htm 

[3] https://www.britannica.com/biography/Nelson-Mandela 

[4] https://www.britannica.com/biography/Nelson-Mandela 

[5] https://www.ohchr.org/en/statements/2013/12/nelson-mandela-statement-un-high-commissioner-human-rights-navi-pillay 

[6] https://usfblogs.usfca.edu/fierce-urgency/2021/07/19/honoring-nelson-mandela-mahatma-gandhi/ 

[7] https://www.ohchr.org/en/instruments-mechanisms/instruments/declaration-rights-persons-belonging-national-or-ethnic 

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