Por Sivar Ahmed / GICJ

Traducido por Lian Martínez / GICJ

La Organización Internacional de las Migraciones (OIM), en colaboración con los gobiernos de Yibuti, Etiopía, Somalia y Yemen, así como otros 40 socios; ha anunciado el Plan de Respuesta Regional de los Migrantes (MRP) para 2022. Este contará con un presupuesto de 67 millones de dólares estadounidenses, y su fin será proporcionar asistencia vital a medio millón de migrantes en el Cuerno de África y Yemen [1].

Miles de etíopes huyen cada año a través del Golfo de Adén para escapar de las difíciles condiciones de vida en su país. Antes de la crisis de 2011, Yemen acogía a más de un millón de refugiados africanos, en su mayoría somalíes y etíopes. Desde el comienzo de la guerra, la condición de los refugiados se ha ido deteriorando gradualmente.

A pesar de los ambiciosos esfuerzos de la comunidad internacional, los refugiados etíopes en Yemen son objeto de numerosas violaciones de derechos humanos, como lo son: la quema de sus campamentos, su secuestro y la obligación de unirse a los combatientes de la milicia Hutí. La inmigración ilegal a los países vecinos sigue siendo una de las principales causas de muerte de los jóvenes etíopes; por lo que Yemen es uno de los territorios de paso ilegal hacia Arabia Saudí, Dubai y otros países de la región.

La Oficina de la ONU en Yemen subrayó que muchos de estos migrantes necesitan ayuda urgentemente. Lo anterior, teniendo en cuenta que “dos tercios de la población migrante etíope que viaja a través de Yibuti hacia Yemen no saben que hay un conflicto en este país” [2]. Según la OIM, sólo el 12% de estos refugiados quiere establecerse en Yemen, mientras que el resto ve el país como el principal punto de tránsito a lo largo de la ruta migratoria oriental entre el Cuerno de África y los ricos Estados del Golfo [3].

Los grupos armados y extremistas se aprovechan de la precaria situación de los refugiados y los explotan para trabajar como combatientes mercenarios, atrayéndolos con dinero para que se dediquen a actividades ilegales. Muchos jóvenes etíopes se involucran con estos grupos armados, desconociendo por completo sus objetivos e ideología, ya que su principal objetivo es encontrar refugio en los países ricos del Golfo. Las razones mencionadas han hecho a los jóvenes etíopes más vulnerables y han aumentado sus posibilidades de ser reclutados por grupos extremistas como Al-Shabab, Al-Qaeda y los Hutíes.

En este orden de ideas, hay muchos refugiados etíopes en Yemen que llevan allí mucho tiempo. Muchos de ellos se involucraron con organizaciones ilegales y participaron en acciones que les impiden salir a otro país o regresar al de origen. Según Human Rights Watch, decenas de refugiados africanos murieron quemados, el 7 de marzo de 2021, después de que las fuerzas de seguridad Hutí dispararan cohetes contra un centro de detención de inmigrantes en Sanaa, la capital de Yemen.

Las violaciones de los derechos humanos de los inmigrantes etíopes continúan en Yemen, ya que decenas de ellos han sido asesinados y heridos en los frentes de Marib y Al-Jawf junto a los Hutíes a principios de 2022. Además, la aviación de la coalición dirigida por Arabia Saudita disparó misiles contra el centro de detención de Saada el 21 de enero de 2021. En este suceso murieron más de 60 personas, la gran mayoría de ellas migrantes etíopes. La coalición dirigida por Arabia Saudí negó haber atacado el centro de detención, alegando que el centro no figuraba en las listas de objetivos prohibidos acordadas con la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, la cual no había sido denunciada por la Cruz Roja y no cumplía con los criterios establecidos en el Tercer Convenio de Ginebra sobre Prisioneros de Guerra. Los Hutíes amenazan ahora a las estudiantes etíopes con privarlas de acceder a los exámenes generales si se niegan a unirse a Zainabiyat, el “ala femenina de los Hutíes”.

Según HRW, en abril de 2021, las fuerzas Hutíes expulsaron por la fuerza a miles de migrantes etíopes en el norte de Yemen, obligándolos a dirigirse hacia la frontera con Arabia Saudita. Los guardias fronterizos saudíes siguieron adelante y dispararon contra los migrantes, matando a decenas de ellos, mientras que cientos de supervivientes huyeron a una zona montañosa en la frontera.“Los migrantes etíopes contaron a Human Rights Watch que, después de pasar días varados sin comida ni agua, los funcionarios saudíes permitieron a cientos de ellos entrar en el país, pero, luego los detuvieron arbitrariamente en instalaciones insalubres y abusivas sin poder impugnar legalmente su detención o su eventual deportación a Etiopía.”

Las organizaciones humanitarias también han detectado muchos casos de malos tratos por parte de los Hutíes en algunos campos, como torturas y agresiones hacia los refugiados; quienes exigen mejores condiciones y protestan por las miserables circunstancias en las que viven. En 2019, HRW también documentó una red de traficantes de personas. La organización ,además, arrojó luz sobre las autoridades de Yemen que secuestran, detienen y golpean a los migrantes etíopes, extorsionándolos a ellos y a sus familias a cambio de dinero.

Geneva International Centre for Justice (GICJ) condena todo tipo de violaciones contra civiles y migrantes. A GICJ le preocupan profundamente las condiciones inhumanas a las que se enfrentan los migrantes etíopes en Yemen e insta a la comunidad internacional a ayudar a devolver a miles de refugiados a su país, así como a realizar una investigación justa e internacional de las violaciones de derechos humanos a las que se enfrentan los refugiados africanos en Yemen.

Human Rights, geneva4justice, GICJ, Geneva International Centre For Justice, Justice

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[1]  https://news.un.org/ar/story/2022/02/1093292

[2]  https://www.swissinfo.ch/ara//47243676

[3]  https://www.swissinfo.ch/ara//47243676

Fuente de la imagen: Flickr

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