Por Natalia Venegas / GICJ

Según Naciones Unidas, al menos 15 periodistas han sido asesinados en Bangladesh durante la última década. Los expertos de la ONU han recibido informes sobre detenciones arbitrarias, agresiones, secuestros, amenazas y acoso a periodistas, activistas y miembros de la sociedad civil en el país. A pesar de estas terribles circunstancias, los incidentes rara vez se investigan o se juzgan, y las autoridades locales han estado directamente implicadas en algunos de los ataques. 

El 11 de enero, los expertos de la ONU publicaron un informe en el que se señalaban tres casos particulares. El primero ocurrió hace diez años, en el cual el Sr. Sarowar y la Sra. Runi, una pareja de periodistas de Dhaka, fueron apuñalados hasta la muerte delante de su hijo de 5 años, justo antes de publicar su artículo sobre la corrupción del sector energético de Bangladesh. Hasta la fecha, y una década después del asesinato del Sr. Sarowar y la Sra. Runi, el crimen sigue sin resolverse. El Tribunal Superior de Bangladesh remitió el caso a la unidad policial élite del país, el Batallón de Acción Rápida (RAB), pero, a pesar de las 84 peticiones del Tribunal para que el RAB presentara sus hallazgos, el RAB nunca respondió a la solicitud, dejando los hechos sin resolver.

Otro caso relevante, fue el juicio por la ejecución extrajudicial del periodista y defensor de derechos humanos Abdul Hakim Shimul en febrero de 2017. Las investigaciones indicaron que el alcalde de Shahzadpur en ese momento era el responsable de su asesinato. Sin embargo, el Tribunal Superior dictó una orden de suspensión y el acusado quedó en libertad bajo fianza. Por último, se encuentra el caso de Mushtaq Ahmen, un escritor disidente que murió mientras estaba detenido. Un artículo en el que el escritor criticaba la respuesta del gobierno a la pandemia lo llevó a una medida de aseguramiento durante nueve meses en virtud de la Ley de Seguridad Digital. Las autoridades no investigaron su muerte de forma independiente e imparcial, y el órgano creado por el Ministerio del Interior determinó que había muerto por causas naturales [1].

Los cinco relatores especiales de la ONU afirmaron que "cuando los crímenes contra los periodistas quedan impunes, incitan a los autores y fomentan más ataques, amenazas y asesinatos con la intención de intimidar a los medios de comunicación para que guarden silencio. Vemos esos signos profundamente preocupantes en Bangladesh" [2].

Geneva International Centre for Justice (GICJ) condena la violencia perpetrada contra los periodistas en Bangladesh, ya que viola gravemente el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. GICJ también subraya que la protección que reciben los periodistas en virtud de los Convenios de Ginebra es insuficiente porque sólo regula la protección de los periodistas durante los conflictos armados. Por lo tanto, GICJ insta a las autoridades internacionales a que brinden protección a los periodistas en los casos que quedan fuera de los conflictos armados, a que tomen medidas para prevenir la violencia actual y que garanticen el derecho humano fundamental de la libertad de expresión.

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[1] https://www.ohchr.org/EN/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=28110&LangID=E

[2]: https://news.un.org/en/story/2022/02/1111822

Fuente de la imagen: Pexels

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