Por Nawel Erraji / GICJ

Traducido por Jennifer Tapia Boada / GICJ

En una carretera hacia el infierno climático con el pie en el acelerador”, declaró el Secretario General de la ONU, António Guterres, para establecer el tono de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) de este año 2022 en Sharm El-Sheikh, Egipto. La conferencia, que se llevó a cabo del 6 al 18 de noviembre, resonó con el llamado del difunto presidente francés Jacques Chirac en 2000 en la Cumbre de la Tierra: "Nuestra casa se está incendiando y estamos mirando en otra dirección".

Muchos expresaron su preocupación de que la invasión de Ucrania por parte de Rusia conduzca a una inflación galopante y pueda distraer la atención internacional. La crisis energética de Europa proyecta una larga sombra sobre la conferencia debido a la invasión. Esto se evidencia en países que incumplen compromisos en el tema de utilizar carbon como póliza de seguro.

El Acuerdo de París estableció que la disparidad entre las naciones más ricas y las más pobres no permite exigir los mismos resultados. Para avanzar aún más en esta transición, los países subdesarrollados necesitan asistencia financiera para alcanzar un sistema de carbono cero. En el caso del gas, activistas climáticos se han enfrentado a algunos gobiernos africanos que creen que se les debería permitir utilizar gas para desarrollar sus economías y proporcionar energía a 600 millones de africanos que aún no tienen acceso a la electricidad. Por su parte, África sólo es responsable del 4% de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que la convierte en la región menos responsable. En cambio, el G20, el grupo de los países más ricos, concentra el 75% de estas emisiones. Además, el “V20”, una coalición de los 55 países más vulnerables produce solo un 5% de emisiones, al tiempo que su PIB cae un 20% por la dificultad de financiar su infraestructura.

Pakistán ha sufrido catástrofes climáticas constantes en los últimos años (inundaciones, olas de calor e incendios forestales) y está luchando por encontrar los fondos que necesita para recuperarse de las inundaciones sin precedentes que comenzaron en junio y que inundaron una tercera parte del país.

Desde que comenzaron las conversaciones sobre el clima hace décadas, por primera vez se incluyó en la agenda un acuerdo para discutir compensaciones a las naciones pobres por los crecientes daños relacionados con el calentamiento global. Esto fue controvertido desde el año pasado, la COP26 en Glasgow, donde las naciones de altos ingresos bloquearon una propuesta para establecer un organismo de financiación de pérdidas y daños, esto en lugar de apoyar un diálogo de tres años para las discusiones de financiación. Hasta ahora, solo dos países han ofrecido financiamiento para pérdidas y daños. Dinamarca comprometió 100 millones de coronas danesas y Escocia comprometió £2 millones ($2,28 millones).

Sin embargo, las consecuencias del calentamiento global también están afectando a Europa. A finales de agosto de 2022, se habían quemado unas 700.000 hectáreas de bosque en lo que iba del año en la Unión Europea, batiendo el récord del 2017. España es la más afectada, por delante de Rumanía. En este contexto, la Comisión Europea publicará directrices para optimizar la gestión forestal durante el otoño.

¿Será que estas negociaciones llegarán a un acuerdo formal, sabiendo que este tipo de cooperación internacional depende solo de la buena voluntad de los países, causando por ejemplo la ausencia de China?

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