Por Georgia Perathoraki / GICJ
Traducido por Natalia Venegas Arango / GICJ
En los últimos años, algunos de los casos más comunes que ha tenido que enfrentar la policía griega, han girado entorno a la violencia contra las mujeres. Diferentes organizaciones médicas locales y algunas organizaciones no gubernamentales (ONG`S), han calificado de manera unánime al año 2021 como un año mortal. La violencia contra las mujeres y las niñas nunca se había debatido de manera tan pública, declarando abiertamente las creencias patriarcales que se encuentran profundamente arraigadas en la sociedad griega, las cuales se encuentran cambiando de manera lenta en el país.
En 2018, el gobierno griego ratificó el Convenio de Estambúl con el objetivo de abordar la violencia contra las mujeres y combatir la violencia doméstica. De manera simultánea, adaptó la ley griega acorde con el Convenio, introduciendo enmiendas para reducir los incidentes de violencia contra las mujeres. A pesar de los avances, las mujeres griegas se siguen encontrando en desventaja, ya que los incidentes registrados contra ellas han aumentado, alcanzando su punto máximo en el 2021, durante la pandemia.
En el 2020, se revelaron una cantidad de denuncias sin precedentes, estas hacían referencia a abusos sexuales a mujeres en las industrias del arte y del deporte. Además, la policía registró un alto número de llamadas (aumento del 230%) por violencia doméstica. Algunas de estas terminaron en feminicidios, los cuales fueron cometidos en su mayoría por sus parejas. Estos feminicidios, como se les denomina, fueron cometidos tras las medidas de confinamiento del COVID a principios del 2021. Se estima que se cometió al menos un feminicidio al mes, lo que demuestra el poder del patriarcado en la sociedad griega. Debido a esto, los hogares se convirtieron en un lugar de tortura para más de 15 niñas y mujeres.
La policía y las líneas de ayuda a las víctimas aceptaron llamadas para casos separados de violencia contra las mujeres relacionados con abuso sexual, acoso sexual, violencia-cibernetica y otras formas de violencia y discriminación. Sin embargo, muchos de los casos perpetrados siguen ocurriendo en secreto en toda Grecia, sin ser registrados.
La Subsecretaria Extraparlamentaria de Trabajo y Asuntos Sociales, quien es responsable de la Política Demográfica y Familiar, así como la de Igualdad de Género, declaró lo siguiente:
“A menudo las mujeres han tenido miedo de hablar. Era un tabú y se quedaban calladas”.
Además, el Foro Económico Mundial (FEM) y el Instituto Europeo para la Igualdad de Género (IEIG), sitúan a Grecia en el último lugar en cuanto a igualdad de género en comparación con otros países europeos en el 2020 y 2021. Según esto, Grecia es el país con la mayor brecha de trato desigual entre hombres y mujeres en Europa. Además, en el 2021, los hombres siguieron ocupando los puestos de poder, mostrando los roles tradicionales de género.
Tal como lo ha declarado el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, incluso con el marco político establecido, Grecia esta fallando en su intento de reducir las desigualdades entre géneros debido a la falta de implementación de la legislación, la perpetuación de la discriminación y las repercusiones de la crisis financiera a largo plazo.
Geneva International Centre for Justice (GICJ) comparte su preocupación ante la violación de los derechos humanos de las mujeres en Grecia e insta al Gobierno griego a tomar las medidas necesarias para resolver el problema. CICJ considera que el fortalecimiento del Código Penal, respecto a la comisión de crímenes atroces en contra de las mujeres es profundamente preocupante. Se solicita la vigilancia y la pronta respuesta de las autoridades judiciales en Grecia, para combatir este fenómeno con coherencia. GICJ reconoce que toda forma de violencia contra las mujeres y las niñas es una grave violación y una manifestación de viejas concepciones y pensamientos relacionados con la desigualdad de género.
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